El valor de lo hecho con el saber de las manos envuelto en los condimentos de la cultura y la historia es lo que hace único un objeto, un objeto que elegimos y seleccionamos especialmente para que cruce océanos y habite nuevos espacios en casa. Objetos que se vuelven puentes.
Ese fue nuestro objetivo de la visita a India, reencontrarnos con nuestro equipo en aquellas tierras con los que nos debíamos abrazos desde hace 2 años, con los que nos comunicamos frecuentemente, pero añorábamos compartir un chai sentados en la alfombra de su oficina mientras charlamos de la vida y los productos.
Entrar a cada taller es descubrir la historia de una familia. Abrir la puerta de una casa que nos recibe con los brazos abiertos, con sonrisas que traspasan las fronteras culturales, que nos acercan. Descubriendo talentosos artesanos, increíbles piezas maestras que pronto estarán más cerca, mientras disfrutamos de compartir las experiencias del hacer, anécdotas y desafíos de familias creadoras.
Adentraros en un país tan exótico que resulta extraño, abrumador como cautivante se ha convertido en una experiencia de vida inolvidable a cada paso. Dejarnos sorprender y abrigar por su calidez, despojarnos de calzados para sentir y venerar sus espacios sagrados, donde cada detalle habla de la maestría de su hacer, de la sabiduría ancestral que hasta hoy conservar tan orgullosos.
Crecer juntos es unir nuestras raíces a otras raíces con los mismos valores.